“El objetivo de un nuevo año no es tener un nuevo año. Es tener un alma nueva.”
G. K.Chesterton
Nos estamos acercando rápidamente a fin de año. La temporada de fiestas está aquí. Ese momento mágico en el que las tradiciones de todo el mundo comienzan a iluminar el planeta con celebraciones. Y con más de 4,200 religiones en el mundo, eso es mucha diversidad y alegría.
Desafortunadamente, a algunas personas no les gustan las tradiciones de otros. Sienten temor de ellas. Pensando que si las creencias de los demás son ciertas, de alguna manera se alejan de su propia verdad. Esto es lo que lleva al conflicto, que a menudo se convierte en guerra. Es la necesidad imperiosa del ego de estar en lo correcto.
Sin embargo, la libertad es posible. Esta llega solo cuando hay aceptación de todos los caminos, cuando todos aceptamos que “hay miles de maneras de arrodillarse y besar el suelo”. Es aquí, en este espacio liberador, donde podemos dirigir nuestra atención a lo único que importa: Nuestro propio camino a Dios.
Para mí, ese camino ha sido Ho’oponopono, el antiguo arte hawaiano para alcanzar la felicidad, la paz y la abundancia. Ho’oponopono ha sido el gran regalo de mi vida, enseñándome que no necesito hacer que otros aprueben mis creencias. Simplemente necesito vivir mi propia verdad al servicio de un mundo mejor.
Me he dado cuenta de que cuando descubrimos nuestro propio camino, ayudamos a otros a descubrir el suyo; cuando borramos los recuerdos del odio y el miedo, que llevan mucho tiempo enterrados profundamente dentro de nuestro subconsciente, borramos esos recuerdos en los demás. Cuando soltamos y amamos, otros sueltan y aman.
Cuando nosotros cambiamos, el mundo cambia.
Estoy segura que todos estamos mucho más cerca, unos de otros, de lo que pensamos. En lo profundo, donde realmente importa, todos compartimos un objetivo común para encontrar la paz, el amor y una comprensión más profunda de nuestra propia divinidad. Esto trasciende todas las tradiciones y todas las religiones.
El hecho es que hay solo una verdadera tradición: convertirse en lo que se supone que debemos convertirnos en el camino para descubrir nuestro propósito en la tierra. No importa si eres cristiano, judío, budista, musulmán, hindú o espíritu libre siguiendo a la Madre Tierra, es hora de que todos reduzcamos la velocidad, hagamos una pausa, demos gracias por el año y confiemos en todas las posibilidades que tenemos por delante.
Es hora de que todos seamos tolerantes unos con otros, en nuestro esfuerzo por traer paz y amor a nuestras vidas. Esa es la única forma en que haremos del mundo un lugar mejor.
Con amor,
Mabel Katz