La Fiesta de la Pascua es la celebración de la liberación de todo tipo de opresión o esclavitud, sea espiritual, mental, emocional o física, y aún social.
Es hora de liberarnos y ser parte del verdadero cambio.
Esta semana es una de las más inspiradoras del año. Las pascuas — tanto cristianas como judías — son sinónimo de encuentro con nosotros mismos, de renacimiento y amor. Por “casualidad”, este año coincide también con el Día Internacional de la Madre Tierra. Ambas celebraciones son una oportunidad y un importante momento de concientización para todos.
La buena noticia es que este cambio de mentalidad depende de nosotros.
Estos tiempos de grandes cambios en el mundo, nos llaman a la reflexión, a tomar consciencia y a ser parte de la verdadera transformación. Es hora de mirar hacia nuestro interior, y comenzar a transitar el camino de paz que tanto buscamos, abriéndonos a las oportunidades que el universo nos ofrece. Ese cambio comienza en nuestro corazón; y es importante seguir los pasos de la inspiración y confiar.
En esta vorágine donde a veces eres prisionero del pasado y del futuro, debes dejar ir lo que te molesta y darle paso al amor y a la aceptación. Cada día es una oportunidad única para ser felices sin importar lo que esté sucediendo alrededor, sin dejar pasar los maravillosos momentos y los milagros que Dios tiene para nosotros.
Es hora de tomar responsabilidad y ser conscientes del grandioso planeta en el que vivimos, y de nuestro rol en esta gran nave espacial que nos transporta. La tierra es una apabullante y magnífica experiencia, es una bendición más allá del entendimiento.
Estar aquí y ahora es un privilegio. Fuimos elegidos para este momento tan importante de evolución. Es hora de trascender aquello que llamamos “problemas” y ser felices. Necesitamos unirnos y ser más coherentes como un solo organismo viviente, porque la Madre Tierra siente lo mismo que sentimos nosotros. Necesitamos cuidarnos y cuidarla. Somos responsables tanto de su bienestar, como del nuestro, y tenemos el poder suficiente para que nuestra luz interior ilumine el camino.
Cuando practicamos la aceptación y desaprendemos todo aquello que nos enseñaron como “correcto”, podemos encontrar la paz que necesita el mundo. La paz consciente, el agradecimiento y la confianza son nuestras herramientas para vivir una vida más feliz y encender la luz en nuestro corazón.
Con amor,
Mabel Katz